Envejecer
Hola Mike, mylove,
Hoy solte la necesidad de que me ames como quiero que me ames y amarme yo como yo quiero. Sin soltar a la vez la esperanza de que me ames como me amas.
Hoy amanecí con el recuerdo de ese día en el restaurante.
Yo te acariciaba la cara sabiendo que ese momento podía ser el último antes de un largo silencio.
Te miraba como quien mira lo que ama por última vez…
porque ya estaba decidida: si no venías a mí, si no cumplías esa promesa, yo me soltaría. Con amor, pero también con determinación.
Y en medio de esa ternura que te ofrecía, dijiste:
“Yo también observo lo mucho que has cambiado.”
Desde entonces, esa frase se me quedó pegada en la piel como una sombra.
Mi cuerpo sí cambió.
Tenía 47 cuando nos reencontramos después de 27 años… y sí, me veia como de 30.
Hoy tengo 54 y parezco de 40 y UN pelin más.
Pero lo cierto es que cambié.
Mis curvas se redibujaron con las emociones que viví tras la muerte de mi papá y tus ausencias, excusas y circunstancias.
Mi carne guardó el eco del abandono, la nostalgia de lo callado, el deseo incumplido de verte dormir a mi lado.
A veces siento que competí contra mí misma. Contra esa Blanca que vive en tus recuerdos.
La imagen impoluta, perfecta, mítica.
Y claro que quise ser esa Blanca para ti.
Pero hoy reconozco con fuerza que soy mucho más que ella.
Soy ESTA, Blanca.
Con errores. Con locuras. Con bordes. Con una boca muy abierta cuando algo duele.
Soy esta mujer que te ama y amó de cuerpo entero, que anhela y anheló verte despertar a su lado en un espacio que nadie más ha ocupado, ni el padre de mis hijos, ni mi hermano pueden ocupar. Y Mira que lo intentan.
Y hoy… hoy amanecí y me acaricié el cuerpo con amor.
Me dije:
“Yo te amo, Blanca.
Con gorditos o sin ellos.
Con canas o sin ellas.
Con todos tus cambios, con todas tus formas.”
Dejo de esperar que Mike llegue a darme el amor, cuidado, cariño y protección prometido.
Ese amor que se soñó, que se revestia de tus acciones y de los sueños que siento que construimos, ese que se llevó en tus palabras solo tú puedes cumplirlo… y si no lo haces... Solo me queda decide que también está bien. Solo cuando decidas que de verdad lo más importante es UN nosotros. SÉ que lo lograrás.
Mientras tanto
Yo me doy amor.
Yo me sostengo.
Y yo me celebro.
Porque esta versión de mí —más real, más viva, más humana—
también merece ser amada, más alla del recuerdo, sino de verdad saberte en presencia. Y sí hay dias como hoy que tengo que recordarme de hacerlo porque te sigo extrañando. Aun hablando diario te extrañaba. Porque mis manos buscaban tocarte.
Gracias por Todo lo vivido mylove. Como tú mismo me dijiste:
“Enfócate, Suelta, que quien este verdaderamente para ti jamas te dejara.” y yo replicaba: si, es solo que yo te quiero cerca de mi.
Y hoy te obedezco. Para volver a mí.
— Blanca