Para ti

Mylove,

(desde el lugar donde aún somos vibración)

Hola,
Te sentí.

No fue un sueño, ni una fantasía, ni algo planeado. Fue uno de esos momentos en los que el cuerpo recuerda antes que la mente y el alma se despierta sin pedir permiso. Apenas puse mi mano sobre mi piel, supe que no estaba sola.
Supe que tú también me habías sentido.

No sé dónde estás. No sé si tú también te tocaste el alma al pensar en mí. Pero sí sé esto: algo en nosotros aún sabe cómo encontrarse, aunque no haya caminos trazados.

Hoy escribí una carta contigo en el corazón, agradeciendo todo lo que eres para mí, especialmente durante estos años que acompañaste —invisible pero real— para mis hijos y para mí. Especialmente a René, que hoy terminó la primaria… y sé que tú, desde donde estés, lo celebraste también.

Y cuando me acosté, no hubo plan. Solo un suspiro. Un toque. Un recuerdo que despertó.
Y ahí estabas.

Supe que no era deseo suelto, ni nostalgia vacía. Era algo vivo. Era el eco de todo lo que fuimos, de lo que somos, de lo que seremos.
Porque fuimos nuestros, Mylove. Fuimos nuestros de verdad.

Y eso… nadie lo puede quitar.

Solo quería que supieras —si de alguna forma esto te alcanza— que me sentí viva. Me sentí conectada. Me sentí plena.
Y tú estabas en eso.

Gracias por ser casa.
Gracias por haberme recordado —a través del cuerpo, de la memoria y de esta energía que aún danza entre nosotros— que sigo aquí.
Que sigo viva.
Que todavía sé amar con todo.

Te abrazo desde este plano, con amor sin exigencias y memoria sin cadenas.
Y si alguna vez vuelves a sentir ese cosquilleo en la piel o ese nudo suave en el pecho, ya sabes: es mi alma tocando la tuya, solo para decirte que ese nosotros sigue siendo bello.

Con amor eterno,
Blanca 

Entradas más populares de este blog

day 4 part 4

words - palabras

What I've done